Es importante que siempre tengamos nuestra mente ocupada en estar aprendiendo constantemente y alejarnos de pensamientos negativos. Esto nos lleva a establecer metas que nos pueden llevar lejos, de esta manera podremos visualizar aquello que tenemos en nuestra mente hasta hacerla realidad. Una de las metas puede ser las ganas de hacer un emprendimiento, por ejemplo, un negocio de fajas colombianas, pero puede ser cualquier otro sueño.
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¿Qué es una meta?
Entenderemos como meta el lugar a donde queremos llegar, el fin de ese deseo o sueño. La meta será cuando se llegue al objetivo. Por otra parte, el sueño es el deseo de hacer algo, por eso, sueños y metas van de la mano, ya que ese sueño es lo que nos impulsa a llegar a esa meta. Pero es importante que ese sueño tenga una meta muy definida, ya que si no lo hacemos así corremos el riesgo de quedarnos toda la vida viviendo de deseos.
Existe entonces un proceso en donde el sueño se vuelve una meta, luego la meta se convierte en objetivo y este objetivo luego debe convertirse en acciones concretas. De esta manera podrá conseguir lo que desea. Debemos alejarnos de la pura intención y pasar al movimiento.
Claves a seguir para conseguir nuestra meta
La meta debe ser específica
Para poder llegar a nuestra meta debe ser lo más específica y detallada posible, de esta manera nuestro cerebro puede visualizar hacia dónde nos queremos dirigir. Por ejemplo, si lo que queremos es viajar entonces debemos aclarar a dónde, sí lo haremos solos o acompañados, en qué época del año. Si nuestra meta es emprender debemos tener claro qué producto o servicio vamos a ofrecer, pueden ser fajas, ropa, cosméticos. El truco es que lo que sea que queramos lo especifiquemos muy bien.
Debe poder medirse
Cuando ya tenemos definida nuestra meta lo siguiente es hacerla medible, esto nos dará las pautas necesarias para tener conocimiento de desde dónde partimos y hacia dónde vamos. En determinado momento debemos pararnos y ver que tanto camino nos queda por recorrer para llegar a la meta, o bien, si ya hemos llegado. Si no podemos medir podemos perdernos en el trayecto.
Realizable
Para poder movernos a la meta, debemos sentir que podemos hacerlo, por eso, el fin que busquemos debe ser realizable para nosotros. Cada uno es distinto y cada persona tendrá sus limitaciones y habilidades; de acuerdo con ello sabrá de qué es capaz. La idea es que lo que nos propongamos sea realizable según nuestros propios parámetros.
Alcanzable
Si creo que lo puedo realizar me moveré, pero también es necesario que sea alcanzable y esto va relacionado con el trabajo que estoy dispuesto a hacer para llegar hasta el final. Por ejemplo, si deseo emprender un negocio de fajas reductoras, qué tanto me comprometeré para que mi negocio avance, si tengo que estudiar, asesorarme o lo que tenga que hacer para lograr mi meta.
Tiempo
Es importante que establezcamos el tiempo que nos llevará llegar a la meta. Cuando imponemos una fecha límite nuestra mente se programa y sabe que para ese día determinado debemos haber logrado lo que nos propusimos.
Finalmente, alcanzaremos nuestra meta si llevamos el proceso de establecer un objetivo específico, que sea medible, alcanzable y con una fecha de caducidad. Con estas claves nuestro cerebro puede ver que es posible. Es importante que para visualizar qué acciones debemos dar día a día, desglosamos lo más que podamos las actividades que nos irán llevando a nuestra meta.
Es ir de lo general a lo particular, hasta hacer una planeación diaria de cada tarea que nos servirá para avanzar. Por supuesto, también debemos tener disciplina y actitud, si tenemos claro a donde vamos, cual es nuestro fin, esto nos ayuda pues será nuestra zanahoria. Si además vemos alcanzable lo que queremos, estaremos motivados para continuar.
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