Conocidas en el mercado con su nombre en español: fajas colombianas denotando su origen enmarcado en este país sudamericano, se habla de la belleza de las mujeres de esta región, de cómo usaban diferentes medios para obtener una cintura más pronunciada, aunque esto podría decirse, de la moda de muchos otros países. Quitemos la leyenda y aprendamos de la realidad.
La historia de la ropa femenina y la “faja”
Aunque es común pensar en la historia de esta prenda como una cuestión romántica del siglo XVI, ya se usaban diferentes tipos de fajas o “chalecos” realizados con piel o tela para resaltar la figura de la mujer en diferentes civilizaciones antiguas. Se pueden ubicar las pinturas, esculturas y grabado en diferentes civilizaciones, como la etrusca, minoica, griega, romana, egipcia, siria y hebrea.
En la isla de Creta, las sacerdotisas usaban como forma esencial de su vestimenta y cargo religioso un corsé, el cual levantaba sus senos desnudos. Se puede observar en las ruinas del Palacio de Cronos, una figura de cerámica de la diosa de las serpientes usando este atuendo, adicionado a una falda acampanada. Para los cretenses, la cintura pequeña de las mujeres denotaba más su feminidad, y era símbolo de fertilidad.
En el país de las eternas arenas y las pirámides resplandecientes, Egipto sus paredes con jeroglíficos son mudos testigos de las múltiples representaciones de la moda tipo corsé utilizada para representar a la diosa Hathor, la cual era la reina del amor y la abundancia. No olvidemos que en estas épocas el arreglo corporal era para hombres y mujeres, los cuales usaban pelucas, maquillaje, perfumes y diversos agentes cosméticos, siendo usados estos corsés para ambos sexos; existen múltiples estatuas y grabados que lo atestiguan. Entre las reinas más conocidas en llevar este atuendo está Cleopatra, con una larga falda, unida a un cinturón tipo corsé, con dos tirantes y el busto desnudo.
Como bien sabemos por los relatos de la Biblia y las referencias arqueológicas e históricas. El periodo en que los hebreos fueron dominados por los egipcios hizo que se permeara en ellos parte de su cultura; en esta época, el pueblo de Moisés utilizaba un corsé pequeño, cerrado y sostenido por tirantes a los hombros. Sobre esta prenda se usaba el pectoral para los rabinos, con cuerpo de lino y adornado con láminas de oro y piedras preciosas. En Éxodo 28 se puede leer en la Biblia la descripción de estos pectorales, usados por uno de los patriarcas más importantes de la historia judía: Aarón, el hermano de Moisés, el gran sacerdote que con su vara hizo milagros y posteriormente quedó guardada en el Arca de la Alianza.
Como podemos ver, en la antigüedad clásica estas prendas eran de lo más común, con más o menos una estilización parecida. Desde la caída de estos imperios no se verá este lujo, sino hasta mucho tiempo después.
La palabra corsé tiene su origen del francés antiguo “Cors”, diminutivo de cuerpo, o sea algo así como “cuerpecito”. En Europa el uso de esta prenda se expandió en las cortes europeas, donde las damas de la corte usaban estos atuendos, los cuales eran especialmente incómodos y apretados. Se utilizaban telas, brocado, y un sinfín de adornos en una prenda que daba estatus. Las varillas que le daban forma eran hechas con madera o hierro, pero para las más adineradas se usaba hueso de ballena y hasta marfil.
La gente del pueblo rápidamente imitó esta moda, usando símiles de materiales accesibles como el cuero. Fue entendida esta prenda en el imaginario como la imitación de la armadura masculina, pero en este caso como una armadura moral para la mujer. De igual manera el armado del corsé obligaba a tener una posición erguida a las poseedoras de la prenda, lo que era visto como de primordial importancia para representar la belleza femenina.
Viva la libertad, pero por un tiempo
Después de la Revolución Francesa, el tipo de ropa aristocrático desapareció al ser una clara muestra de la superficialidad y banalidad de los opresores del pueblo. De la misma forma en diferentes países y etapas historias de los últimos tres siglos, se ha abolido este tipo de vestimenta por las mismas razones.
La misma Francia vuelve a poner de moda el corsé, pero en esta ocasión con otra palabra, el “Sablier”, llamado en español reloj de arena por el efecto dado al cuerpo femenino en exaltar sus curvas, y sostener sus senos. De este impulso se van a comenzar a sustituir los materiales rígidos cada vez más, y utilizando diferentes piezas, en vez de un solo traje. De esta forma, su transición pasó a la palabra faja, o faja flexible o elástica, imitando el color de la piel, en colores beige y rosas, dando una presencia más discreta.
De esta forma pasa a ser una prenda de lencería femenina, y ya no la armadura antes mencionada. De esta forma llegamos al apelativo de faja colombiana por el origen de su fabricación contemporánea, y no por la historia romántica y falsa de colombianas con milenarios secretos que nadie conoce.
La fabricación colombiana
En este país siempre las fajas han sido parte de su atuendo, al tener una tradición de comercio y elaboración de telas. Su industria se expandió a la ropa interior, lencería y corsetería, adaptándose un modelo contemporáneo hace más de 30 años. De aquí podemos ver acuñado el término faja colombiana.
Por la cercanía con Venezuela y Brasil, países conocidos por el boom de operaciones estéticas en mujeres, en Colombia empezó a seguir esta tendencia. De dicha forma existía una necesidad común en la zona para crear estas prendas, esto explica su especialización, en los tiempos donde las operaciones de aumento de senos, y otras parecidas que usaban implantes de silicón, fueron casi prohibidas en Estados Unidos para después repuntar en el año 2006, cuando se levantó esta restricción.
De manera popular y más contemporánea, la socialité Kim Kardashian popularizó las fajas colombianas al presumir mucho sobre su figurada obtenida por este medio. Pero en realidad las necesidades obedecen a la capacidad de tallas usadas en Colombia, que son cómodas para el mercado afroamericano en Estados Unidos y las curvilíneas mexicanas. Siendo el contra punto a la tendencia de las modelos delgadas de las pasarelas.
En Fajas Gales encontrarán todos los modelos de fajas colombianas; para su comodidad, comuníquense en nuestras redes sociales, página web, correo electrónico o vía telefónica para el amable asesoramiento de nuestro personal.