¿Cómo las fajas deportivas pueden ayudarnos a bajar de peso? A continuación les contaremos y les daremos unos tips para perder esos kilos de más, en menos tiempo. Cuando queremos bajar de peso, siempre recibimos dos recomendaciones: cambiar de dieta y hacer ejercicio; adoptar una dieta equilibrada y controlar la cantidad de grasas, sales, carbohidratos y azúcares que consumimos a diario, puede parecernos una solución lógica, pues asumimos que el hecho de que tengamos unos kilos de más se debe precisamente a que consumimos en exceso alimentos con altos contenidos calóricos que nuestro cuerpo no es capaz de eliminar. Sin embargo, cuando hablamos de hacer ejercicio como una medida para bajar de peso, aunque notemos en otras personas resulta efectivo, posiblemente por el esfuerzo que implica seguir una rutina rigurosa, llegamos a rechazar esta opción.
Los expertos recomiendan adoptar ambas medidas, pues en conjunto pueden ofrecer los resultados más satisfactorios para lograr la figura que deseamos y no sólo eso, sino también para mejorar nuestro estado de salud en general. Son muchas las razones por las que hacer ejercicio y seguir un régimen alimenticio diseñado especialmente para nosotros, tiene efectos benéficos para nuestra salud; pero hablando específicamente de los objetivos de pérdida de peso, además de estas medidas, se puede recomendar el uso de fajas deportivas, ya que estas potencian y aceleran los resultados ofrecidos por el ejercicio, al tiempo que ofrecen mayor seguridad al realizar cierto tipo de movimientos.
Para comprender mejor la manera en que el ejercicio puede aportar beneficios a nuestro estado de salud, hablaremos de los efectos positivos de la sudoración y de su relación con el uso de las fajas. Como sabemos, la actividad física estimula la producción de sudor en el cuerpo, pues es un método que el organismo emplea para refrescar la piel y regular la temperatura corporal, particularmente de los órganos internos que sin este mecanismo se calentarían y por tanto sus funciones se verían afectadas. Es bastante común que las personas consideren que sudar es desagradable y esa es una de las razones por las que, en general, se evita hacer actividades físicas que impliquen esfuerzo. Sin embargo, no es posible evitar la sudoración pues, como ya mencionamos, es necesaria para regular la temperatura del cuerpo y garantizar que los procesos metabólicos se lleven a cabo correctamente. Además de esto, es mediante el sudor que se eliminan las toxinas y sustancias que pueden ser dañinas para la salud, tales como el amoniaco, el sodio, azúcares, ácido úrico y potasio, químicos que si se encuentran en gran cantidad en el cuerpo pueden generar problemas de salud. Es justamente el contenido de estas sustancias en el sudor lo que le da ese sabor particular a salado y el que provoca que cuando nos entra algo de sudor en los ojos, sintamos una sensación de ardor o picazón. La cantidad de sudor que una persona pierde durante un día varía según su edad, sexo, tipo de actividades que realiza durante el día y el clima del lugar donde se encuentra.
En el caso específico de las actividades físicas de alto impacto y del esfuerzo físico, la temperatura corporal se eleva y comenzamos a sudar para refrescarnos y eliminar las toxinas de las que ya hemos hablado. Esto es simplemente un mecanismo de seguridad de nuestro cuerpo para conservar el organismo en equilibrio, pero aporta muchos otros beneficios, como la disminución de la grasa corporal y con ello, bajamos de peso y perdemos tallas.
Gracias a los efectos que el ejercicio y en particular, la sudoración, pueden tener para nuestra figura, es que se han creado fajas deportivas, prendas de compresión que ayudan a generar más calor para producir más sudor, y por tanto, quemar más grasa en menos tiempo; a la vez, las fajas contribuyen a mejorar la postura corporal para mayor seguridad durante actividades como correr, hacer sentadillas o levantar pesas. Las fajas reductivas, especiales para uso deportivo, tienen un diseño especial que ofrece los dos efectos que mencionamos: estimular la sudoración y mejorar la postura. Por ello se fabrican con un recubrimiento de látex que acelera la producción de calor en áreas específicas, principalmente en el abdomen y en la cintura, para que a través del sudor podamos reducir esos centímetros de más, y logremos tener la figura que deseamos en menos tiempo. Adicionalmente, en su confección se emplean varillas internas, que tienen el efecto de corregir la postura, con lo que se incrementa la seguridad al practicar actividades físicas disminuyendo los riesgos de sufrir de alguna lesión, principalmente en la espalda y rodillas, debido a una mala posición.
Por todo lo anterior es altamente recomendable emplear fajas de compresión durante las rutinas de ejercicio, siempre y cuando se sigan ciertas precauciones que evitarán poner en riesgo la salud, esto para obtener los mejores resultados. En primer lugar, para usar estas fajas es necesario que elijamos correctamente la talla ideal y que no utilicemos la faja más de cuatro horas al día. Esta es una precaución que indican los fabricantes ya que al ofrecer un alto nivel de compresión e incremento de la temperatura, problemas como irritación en la piel y deshidratación podrían presentarse si se excede el tiempo de uso recomendado.
Particularmente, al usar fajas deportivas debemos poner atención al nivel de sudoración que estamos presentando, esto con la finalidad de devolverle al cuerpo el líquido que necesita para realizar sus funciones metabólicas correctamente. Uno de los problemas que se presentan con regularidad con el uso de este tipo de fajas es que las personas no beben suficiente agua pues notan que al quitarse la faja, por efecto del sudor lucen más delgadas, pero una vez que recuperan el agua perdida, su cuerpo no luce tan delgado; esto es algo de lo más normal y no debe causarnos preocupación. Recordemos que las fajas son un apoyo para incrementar la seguridad al momento de ejercitarnos y ayudarnos a alcanzar los objetivos en menos tiempo, pero no trabajan por sí solas y no son mágicas. Por ello la recomendación general es que tengamos mucha paciencia pues para tener resultados más evidentes y permanentes puede ser necesario que durante varios meses sigamos una dieta especial y tengamos una rutina de ejercicio regular.
En todo caso debemos hidratarnos antes de hacer cada rutina de ejercicio, tomar suficiente agua durante la rutina, y al finalizar beber más agua; la deshidratación, si no es tratada debidamente, puede generar muchos problemas, los menos graves son ligeros mareos y náuseas, pero puede derivar incluso en vómito, desmayos y tener consecuencias fatales. Para finalizar, es importante que antes de empezar cualquier dieta o programa de ejercicio consultemos con un médico qué tipo de programa debemos seguir. El especialista recomendará el tipo de rutina a implementar y régimen alimenticio según nuestros intereses, objetivos y estado de salud al momento de comenzar el programa para bajar de peso.
El especialista también puede darnos algunas recomendaciones para el uso correcto de una faja deportiva, que además de apoyarnos al alcance de nuestros objetivos nos dan mayor seguridad al momento de ejecutar los movimientos que implican los ejercicios.
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